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Ciertas condiciones preexistentes pueden doblar o y triplicar el riesgo de mortalidad para los pacientes con COVID-19

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Un gran estudio internacional de pacientes con COVID-19 confirmó que las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, la diabetes, la insuficiencia cardíaca congestiva, la enfermedad renal crónica, el accidente cerebrovascular y el cáncer pueden aumentar el riesgo de que un paciente muera por el virus. Los investigadores de la Facultad de Medicina de Penn State dicen que sus hallazgos pueden ayudar a los funcionarios de salud pública a mejorar la atención al paciente y desarrollar intervenciones que puedan dirigirse a estas poblaciones de alto riesgo.

Los investigadores encontraron que las enfermedades cardiovasculares pueden doblar el riesgo de que un paciente muera de COVID-19. También descubrieron que otras condiciones preexistentes pueden aumentar el riesgo de muerte de un paciente COVID-19 de una y media a tres veces. Los resultados se publicaron recientemente en PLOS ONE.

“Este estudio sugiere que estas condiciones crónicas no sólo son comunes en pacientes con COVID-19, pero su presencia es una señal de advertencia a un mayor riesgo de muerte,” dijo el Dr. Paddy Ssentongo, estudiante de doctorado en epidemiología de la Facultad de Medicina y profesor asistente de investigación en el Departamento de Ciencias de Ingeniería y  Mecánicas de Penn State. “Hay una alta prevalencia de enfermedades cardiovasculares e hipertensión en todo el mundo y, en particular, en los Estados Unidos. Con la persistencia de COVID-19 en los Estados Unidos, esta conexión se vuelve crucialmente importante.”

El equipo de investigación llevó a cabo una revisión sistemática y meta análisis de los estudios publicados desde diciembre 2019 hasta principios de julio 2020, para determinar qué enfermedades crónicas ponen a los pacientes hospitalizados en riesgo de morir de COVID-19. Exploraron 11 condiciones coexistentes que plantean un riesgo de enfermedad grave y muerte entre los pacientes COVID-19 incluyendo enfermedades cardiovasculares, diabetes, presión arterial alta, cáncer, enfermedad renal crónica, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca congestiva, asma, enfermedad hepática crónica y VIH/SIDA.

Ssentongo y sus colegas analizaron datos de más de 65.000 pacientes de 25 estudios de todo el mundo. Los pacientes de los estudios seleccionados tenían una edad media de 61 años. Encontraron que ciertas condiciones de salud preexistentes afectaban más a las tasas de supervivencia que a otras. En comparación con los pacientes hospitalizados con COVID-19 sin condiciones preexistentes, los investigadores determinaron que los pacientes con diabetes y cáncer tienen 1,5 veces más probabilidades de morir, los pacientes con enfermedad cardiovascular, hipertensión e insuficiencia cardíaca congestiva tienen el doble de probabilidad de morir y los pacientes con enfermedad renal crónica tienen tres veces más probabilidad de morir.

“Aunque la comunidad de atención médica ha distribuido información anecdótica sobre el impacto de estos factores de riesgo en la mortalidad por COVID-19, nuestra revisión sistemática y meta análisis es la más completa hasta la fecha que intenta cuantificar el riesgo,” dijo Vernon Chinchilli, profesor distinguido y encabezado de las ciencias de la salud pública, y autor principal de esta investigación. “A medida que la pandemia COVID-19 continúa hasta 2020 y probablemente hasta 2021, esperamos que otros investigadores se basen en nuestro trabajo.”

Los investigadores dijeron que estudios previos que exploran la asociación de enfermedades crónicas preexistentes y la mortalidad POR COVID-19 tenían limitaciones en el número de países incluidos, el número de estudios incluidos y el número de condiciones exploradas. También dijeron que estos estudios tenían fuentes de parcialidad no atendidas que limitaban las conclusiones que se pueden extraer de ellos.

“Tomamos un enfoque global todo incluido para este estudio examinando 11 enfermedades crónicas e incluyendo pacientes de cuatro continentes: Asia, Europa, América del Norte y África,” añade Ssentongo. Las investigaciones sugieren que el SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19, puede llegar a ser estacional y requerir una vacunación anual. Una vez que se disponga de una vacuna aprobada y eficaz, las personas de alto riesgo con estas condiciones preexistentes deben recibir prioridad de vacunación para prevenir altas tasas de mortalidad.”

Aunque se necesitan investigaciones adicionales para comprender plenamente los riesgos e implicaciones para la salud, en particular para comprender los efectos de la raza y la etnicidad en las tasas de supervivencia COVID-19, Ssentongo dijo que estos hallazgos pueden ayudar a informar las estrategias mundiales de prevención y tratamiento.

Djibril Ba, Emily Heilbrunn y Anna Ssentongo de la Facultad de Medicina de Penn State también contribuyeron a esta investigación.

Los investigadores no recibieron financiación específica para este estudio y no declararon conflictos de intereses.

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